Modestamente, gritó:
__¡Yo estoy fundando la Era de la Verdad! ¡Despierta, Alemania! ¡Despierta!
y los cohetes, los fuegos artificiales, las campanas de las iglesias, los cánticos y las ovaciones multiplicaron los ecos.
Cinco años antes, el partido nazi había obtenido menos del tres por ciento de los votos.
El salto olímpico de Hitler hacia la cumbre fue tan espectacular como la simultánea caída hacia el abismo de los salarios, los empleos, la moneda y todo lo demás.
Alemania, enloquecida por el derrumbamiento general, desató la cacería contra los culpables: los judíos, los rojos, los homosexuales, los gitanos, los débiles mentales y los que tenían la manía de pensar demasiado.
Eduardo Galeano (Los hijos de los días)
De todo esto estuvimos hablando con los alumnos
de la Profesora de Historia, Alejandra Nicastro, en el Instituto Educacional Estrada. Les conté "La Historia de Erika" de Ruth Vander Zee,
que narra cómo una beba de pocos meses de edad se salvó del Holocausto
al ser arrojada por su madre desde el vagón de un tren para ganado, en
su camino hacia la muerte.
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