martes, 4 de septiembre de 2012

Contando Leyendas Urbanas.

Las leyendas urbanas son una forma de literatura oral, como los relatos de los mitos y leyendas populares de otras épocas y otras culturas. Abren las puertas de la imaginación y de la fantasía, a la vez que encierran un mensaje y una enseñanza. Expresan, además, nuestros temores y nuestros deseos.
Pueden referirse a algún suceso extraño que le pasó a alguien, pueden consistir en un rumor inquietante acerca de lo que contiene determinado alimento, o tratar sobre la existencia de seres salvajes o sobrenaturales en ciertos lugares de la ciudad. Lo cierto es que en toda leyenda urbana se mencionan situaciones y elementos que son cotidianos para nosotros, y eso contribuye a que lo que se nos cuenta parezca real y posible.

Cuando era adolescente  e iba a bailar a Pinar de Rocha en mi querido Ramos Mejía me contaron una vez que un amigo del primo de Ricardo, mi amigo, charló y bailó toda la noche con una morocha hermosa que tenía puesto un llamativo vestido blanco.  
      Tomaron después un café en otro boliche, él le pidió su número de teléfono y al dárselo ella tocó la taza y derramó el café sobre su vestido blanco.
        Luego caminaron hasta la casa  pero ella insistió en quedarse en una esquina antes de llegar, no quería que su padre le hiciera problemas por volver con un desconocido.
        Al otro día el muchacho la llamó y atendió el padre quien tomó muy mal la llamada, pidiéndole que no bromee, ya que su hija había muerto unos días atrás.  
        El muchacho insistió en que él había estado con ella la noche anterior. El reciente fallecimiento de su hija (esa clásica sensación de que el muerto va a volver, que vamos a dar la vuelta la esquina y allí va a estar) y la insistencia del muchacho, alimentaron en el padre una insólita esperanza y juntos fueron al cementerio. Cerca del barrio donde se habían separado la noche anterior.
        Abrieron el ataúd. Y allí estaba, la misma chica, vestida con su hermoso vestido blanco. Y allí estaba también, sobre el vestido blanco, una gran mancha de café, aún húmeda...

Por más actuales y creíbles que nos parezcan, las leyendas urbanas, en realidad, son muchas veces historias muy antiguas, solo que adaptadas a los tiempos que corren.
Ésta la escuché por primera vez hace más de cuarenta años y hoy se la sigue contando, inclusive si la buscamos en Google la vamos a encontrar en otros lugares del mundo, como por ejemplo en Alemania.


Contar estas leyendas en las escuelas abre muchísimas posibilidades de diálogo con los alumnos, siempre hay alguno al que ya se la contaron con distintas situaciones o detalles más o menos parecidos. Suelo escuchar _ Sí, eso le pasó a un amigo de mi amigo_ o al conocido de un conocido.
                                                     
                                                                                        









Estuve contando leyendas urbanas en la ESB Nº 3  de Morón. Terminamos hablando de "La difunta Correa" y "El gauchito Gil", leyendas populares esparcidas con sus tributos rojos por todos los caminos de nuestro país.

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