"...y ya nadie durmió por las noches, porque el bosque entero comenzó a reunirse alrededor del árbol de los búhos para disfrutar de las historias y de la poesía..."
Alejandra Oliver Gulle
No es posible treparse de nuevo a la vida, ese irrepetible viaje en diligencia, una vez llegada a su fin, pero si se tiene un libro en la mano, por complicado y difícil de entender que sea, cuando se termina de leer, se puede, si se quiere, volver al principio, leerlo de nuevo y entender así qué es lo difícil y, al mismo tiempo, entender también la vida.
Orhan Pamuk, El castillo blanco.
Dando inicio a la Semana de la Lectura compartimos un hermoso día con alumnos, padres y docentes de la Escuela Nº 19 del Distrito Escolar Nº11 (Floresta).
GRACIAS AL PROF. GERARDO POR ACOMPAÑARME CON LA MÚSICA
Cuando aún no tenía diez años,y llegaron las vacaciones de verano, mi vieja no tuvo mejor idea, en la primera tarde, que mandarme a dormir la siesta, porque la calle era para "las chinitas vagas" solía decir.
Como en todo barrio, nunca falta una vaga . La vaga de mi barrio, vivía enfrente de mi casa justamente, era una adolescente por entonces que, como buena vaga se levantaba cerca del medio día, imperdonable en una muchachita de los años setenta; y después de comer, cuando todas "las señoras de su casa" se "tiraban a descansar" un ratito de la faena cotidiana; ella empezaba su día: pasaba el trapo al piso del comedor, baldeaba la galería y llegaba hasta la vereda, que de paso manguereaba a pleno rayo de sol, luciendo su delgada figura en un bikini rayado, atrevimiento que le costó la sentencia de "divertida" que nunca más se quitó de encima la pobre.
Pero no baldeaba sola, todas las tardes sonaba en el combinado un disco.
El único que tenía, en realidad, porque "La vaga" no tenía guita... Y
yo, sentenciada también pero a siestear, el primer día que lo escuché
tuve el consuelo de olvidarme de la tortura mientras los temas pasaban, y
cada uno más lindo que el otro.
Como mi condena era para todos los días de la semana, iba reconociendo
día tras día,lado A, lado B, ida y vuelta la magia de esa música,
mientras espiaba a "la vaga" por las celosías de madera de mi ventana.
Por eso sabía que cuando llegaba con el agua y la escoba hasta la
vereda, la puerta de chapa y vidrios a cuadritos de colores, se
cerraba, entonces la música se quedaba adentro de su casa y la calle en
silencio...
No sé cuántos días viví así la siesta, o la fiesta, si se quiere. Hasta
que un atardecer, sin que mi vieja me viera, mientras la vaga
callejeaba en la puerta de su casa, y yo miraba pasar gente sentada en
el umbral de la mía, le pregunté quién cantaba en el disco que ponía
para baldear. Y ella me contó. Es más, me mostró la tapa del disco. Se
lamaba HELP!. La música que me fascinaba, ahora tenía rostro y no uno
solo sino cuatro ¡Y tan lindos!
Cuando llegó abril, le pedí a mi papá de regalo para mi cumpleaños número diez un disco.
Mi mamá puso el grito en el cielo, no entendía qué era eso de querer
discos, no entendía y tampoco quería escuchar motivos. Según ella, los
discos eran "para los grandes". Pero a mi papá, le conté qué disco
quería, y por qué. El turco simplemente me sonrió.
Aún hoy recuerdo ese sábado, que me llevó a la disquería, me ubicó frente a la batea repleta de long plays.¡Y me dejó elegir sola!
Volví tan contenta en el Fiat 600 con mi disco en la bolsa, que no me importó que mi mamá despotricara cuando vio que yo ya tenía un disco mío, aunque el Ranser fuera de ella...
Yo estoy convencida que mi papá siempre supo que me hizo feliz, y ese
día más feliz porque me hizo el gran regalo de mi vida : la buena
música, esa que hoy sigue acompañándome.
Igualito que él.
¡Felices primeros cincuenta años, que trajo este octubre, desde aquel eterno estreno mis amados Beatles!
Noches de conjuros y encantamientos.
Tanto en "La Salita" de Castelar como en la "Escuela de Teatro de Ituzaingó" abrimos nuestro Grimorio, Libro Mágico escrito por un hechicero y una bruja de la alta Edad Media y junto con gualichos, recetas mágicas y talismanes surgieron fantásticas historias.
Oscar Gay - Evangelina Demarco
Adela Alonso - Inés Martino
Muchos dicen que brujas y hechiceros tienen pacto con el diablo. Otros hablan que son personas maldecidas, que padecen toda la vida, y para desquitarse, hacen el mal.
Algunos piensan que vuelan en una escoba y que tienen una verruga en la nariz.
No se sabe con certeza si existen o no, nunca nadie las vió, pero... que las hay, las hay.
Domingo de sol por la tarde, la Plaza Cumelén de Castelar poblada de grandes y chicos nos llama, gracias a la iniciativa municipal, a contar cuentos...
...y los cuentos surgieron junto al viejo vagón del tren.
Poco a poco los chicos se fueron reuniendo para escuchar.
Inés Martino y sus historias.
Oscar Gay, un chico más.
Y después de los cuentos...la rica torta de chocolate que hizo Selva.
Martes 16
Como cada martes a las 20 hs., historias por la radio.
Miércoles 17
El placerdel tiempo compartido con los alumnos de la Escuela Media Nº3 de Morón.
Más que sanarse para poder reír, hay que reír para sanarse. Payamédicos de Argentina.
Y como un cuento tiene el poder de ponerle alegría y magia a la vida, fuimos con nuestros cuentos al Hospital de Morón.
No pusimos inyecciones ni cataplasmas, tampoco tomamos la fiebre ni curamos heridas visibles, pero acompañamos con nuestras historias a aquellos que se encontraban en el Hospital pidiendo un turno para ser atendidos o internados en una sala.
No sé, supongo que aunque sea por un rato contribuimos con la salud emocional de los pacientes y le sacamos un poco de drama al hospital.
Hacer click para ver video
"UNO SE SIENTE BIEN CUANDO SABE QUE ESTÁ EN EL LUGAR JUSTO Y EN EL MOMENTO INDICADO".
Oscar Gay y Miguel Mroue te ofrecen una propuesta para seguir haciendo de la vida un encuentro con sentido ¿ Qué mejor que escuchar en la radio o en la red buenas historias?
Hay quienes dicen que jubilarse es llegar al atardecer de la vida...
Hay quienes dicen que es iniciar otra vida...
Y hay quienes dicen, con toda sabiduría como la de mi "hermano" Manolo Galán, que es la misma vida... vivida de otra manera.
Y comienzo a vivir de otra manera porque, después de cuarenta y dos años en la docencia y diecisiete como Director de mi querido colegio el Instituto Educacional Estrada me llegó la merecida, creo yo, jubilación.
Hay en mí sentimientos encontrados, por un lado el júbilo de la tarea cumplida y, por el otro, la certeza de que voy a extrañar mucho.
Doy gracias a Dios por todos estos hermosos años que he vivido tocando el futuro.
Doy gracias a todos los que fueron "mis chicos" en todos estos años de maestro porque alegraron cada día de mi vida.
Doy gracias a los padres que me han confiado lo mejor que tienen.
Doy
gracias a tantos docentes con los que he compartido, a lo largo de
estos cuarenta y dos años, la hermosa tarea de colaborar con las
familias en la formación de sus hijos.
Doy gracias a quienes hace
diecisiete años confiaron en mí para conducir el Estrada y a todos mis compañeros porque con su gran vocación hicieron más sencilla la labor.
Doy gracias a mi Familia por comprender y sostener mi vocación docente.
Doy gracias a todos por perdonar mis errores.
Doy gracias por tanto amor recibido.
Llego a la meta con la convicción de haber dado siempre lo mejor que pude, mi mayor esfuerzo, todo mi amor.