San Valentín era un sacerdote que hacia el siglo III ejercía en Roma. Gobernaba el emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, porque en su opinión los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras.
El sacerdote consideró que el decreto era injusto y desafió al emperador. Celebraba en secreto matrimonios para jóvenes enamorados (de ahí se ha popularizado que San Valentín sea el patrón de los enamorados). El emperador Claudio se enteró y como San Valentín gozaba de un gran prestigio en Roma, el emperador lo llamó a Palacio. San Valentín aprovechó aquella ocasión para tratar de convertirlo al cristianismo.
Aunque en un principio Claudio II mostró interés, el ejército y el Gobernador de Roma, llamado Calpurnio, lo persuadieron para quitárselo de la cabeza.
El emperador Claudio dio entonces orden de que encarcelasen a Valentín. Entonces, el oficial Asterius, encargado de encarcelarle, quiso ridiculizar y poner a prueba a Valentín, retándolo a que devolviese la vista a una hija suya, llamada Julia, que nació ciega.
Valentín le leyó cuentos de la historia romana, le enseñó aritmética y le habló de Dios. Ella vio el mundo a través de los ojos de Valentín, confió en su sabiduría y encontró apoyo en su tranquila fortaleza.
-"¿Valentín, es verdad que Dios escucha nuestras oraciones?" Julia le preguntó un día.
-"Si, mi niña. Él escucha todas y cada una de nuestra oraciones," le respondió Valentín.
-"¿Sabes lo que le pido a Dios cada noche y cada mañana? Yo rezo porque pueda ver. Tengo grandes deseos de ver todo lo que me has contado!"
-"Dios siempre hace lo mejor para nosotros, si creemos en Él." le contestó Valentín.
-"Oh, Valentín, yo si creo en Dios", dijo Julia con mucha intensidad. "Yo creo." Ella se arrodilló y apretó la mano de Valentín. Se sentaron juntos, cada uno en oración. De pronto, una luz brillante iluminó la celda de la prisión. Radiante, Julia exclamó:
- "Valentín, puedo ver, puedo ver!".
- "Gloria a Dios!" exclamó Valentín.
Este hecho convulsionó a Asterius y su familia, quienes se convirtieron al cristianismo. De todas formas, Valentín siguió preso y el débil emperador Claudio finalmente ordenó que lo martirizaran y ejecutaran el 14 de febrero del año 270.
En la víspera de su muerte, Valentín le escribió una última carta a Julia pidiéndole que se mantuviera cerca de Dios y la firmó "De Tu Valentín". Valentín fue ejecutado cerca de una puerta que más tarde fuera nombrada Puerta de Valentín para honrar su memoria. En el 496, el Papa Gelasio I nombró a ese día como el de San Valentín, quien había sido enterrado en la que es hoy la Iglesia de Praxedes en Roma.
Cuenta la leyenda que Julia plantó un Almendro de flores rosadas junto a su tumba. Hoy, el árbol de almendras es un símbolo de amor y amistad duraderos.
UNA PEQUEÑA HISTORIA DE AMOR MUY GRANDE
Ella, masticó las letras que lo nombraban a él.
Y las tragó una por una.
Para que su amor ya no tuviera nombre.
Luego, rompió la foto del portarretratos
y también se las tragó.
Para que su amor ya no tuviera rostro.
Más tarde, hizo añicos las cartas apasionadas
y otra vez masticó y tragó cada pedazo.
Para que su amor ya no tuviera historia.
La indigestión le duró toda la semana.
El amor, toda la vida.
Murió a los 90 años de un ataque al corazón.
En un intento desesperado por salvarle la vida,
los médicos le abrieron el pecho,
pero nada pudieron hacer.
Le hallaron la aorta obstruída
por un pequeño pedazo de papel amarillento.
Estaba escrito con letra de hombre
y decía: TE QUIERO.
Alejandra Oliver Gulle.