LA PRIMERA NAVIDAD
Todo el cielo estaba alborotado preparando la primera Navidad de la historia, en pocos días más Dios se haría hombre, y nacería en un pequeño pueblito llamado Belén ¡ y todavía había tanto que hacer!
En medio del revuelo general, el ángel Bernardo Cielolimpio se paseaba nervioso y pensativo.
-No me lo puedo perder. Tengo que estar ahí, cerca de Él. Daría hasta mis alas para ver a Jesús recién nacido, pero... ¿cómo?
En una de esas vio un gran cartel en una esquina del cielo:
"El Maestro Rogelio Alacorta busca voces para formar parte del Coro Celestial que anunciará a los hombres el nacimiento de Jesús".
-¡Mi oportunidad de estar cerca del Niño Jesús!- se dijo Bernardo.
El Maestro Alacorta lo aceptó pero le dijo muy serio:
-Muy bien, ya formás parte del Coro Celestial, pero no podés faltar a ningún ensayo. ¡¿Entendido?!
- ¡Sí Maestro, no faltaré! Contestó el ángel.
A pesar de su promesa y sus enormes ganas Bernardo no pudo ir a ningún ensayo: un día porque un angelito bebé se había perdido y él se ocupó de encontrarlo... Otro día porque los ángeles que preparaban la Estrella de Belén necesitaban ayuda... Otra vez porque se encontró con Santiago Nubarrón que era su amigo y estaban muy peleados, y charlaron hasta amigarse... Otro día porque un ángel medio lerdo no podia terminar su túnica y Bernardo se la cosió...
Y así cuando llegó el último ensayo Bernardo no cantó bien y el Maestro Alacorta lo sacó del coro.
¡Estaba tan triste! Secó sus lágrimas y se dispuso a encontrar un buen lugar en una nube bien alta. De pronto lo paralizó una voz que resonó en su corazón. ¡Era Dios Padre!
-Bernardo sé que tu mayor deseo es ver a Jesús recién nacido, pues bien ahora vas a bajar a ese humilde portal y velarás los sueños de mi Hijo.
-Pero...¡Yo Señor!...¿Por qué yo?
Porque en medio de tantos preparativos, vos preparaste lo más importante: Tu corazón, amando a tu prójimo. Así quiero yo que preparen la Navidad.
Ya lo sabemos, el angelito en la cabecera del Niño Jesús, es Bernardo Cielolimpio que está ahí, cerca del Señor, porque preparó la Navidad con un corazón lleno de amor para todos. ¡Imitémoslo!
¡FELIZ NAVIDAD!
Miguel.